El Principe de los Dioses by Nira Strauss

autor:Nira Strauss [Strauss, Nira]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico, Juvenil, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2022-06-01T00:00:00+00:00

20

Empate

¡Geb, no me sueltes! —gritó Nailah. Sus delgados dedos, resbaladizos, se aferraron con terquedad a los brazos del dios—. ¡No pasa nada, llegaremos a la orilla!

Y justo entonces, una ola, más grande que cualquier construcción mortal que Geb hubiera visto hasta el momento, los engulló. Habían intentado alcanzar la casa de Min, con la idea de subirse a la plataforma sobre la que se erguía la casa para ganar algo de tiempo, aunque tan solo fueran unos segundos… No había sido posible. Aquellas no eran ni una lluvia ni una tormenta habituales, sino una representación de la séptima plaga que había asolado la tierra egipcia a causa de la guerra entre los dioses. O al menos así lo veía Geb.

Por fortuna, aquella vez caía agua del cielo, y no fuego.

Cuando sintió que Nailah se separaba de él en medio de aquella vorágine, algo paralizante y sobrecogedor se apoderó de él. Una sensación nunca antes experimentada por un dios como él, un estallido de inseguridad y de ahogo.

Terror.

El agua lo arrastraba, ya ni siquiera sabía si continuaba en la isla de Min o todo había vuelto a formar parte del Nilo. Probablemente lo segundo. La lluvia y el río se fundían en un todo pavoroso, y aunque Geb intentaba mantener la cabeza lejos de las profundidades, se encontraba con dificultades para respirar. A través de parpadeos desesperados, creyó distinguir pequeñas luces a lo lejos, destellos dorados. ¿Se trataba de Asuán?

«Nailah Bek, nada hacia allí. Sálvate».

Por si todo aquello fuera poco, se encontraba demasiado débil tras intentar romper el sello de la hehu. Necesitaba tiempo para reponerse y regenerar heka, y esa era la principal razón por la que no le había hecho ninguna gracia que Min decidiera desatar sus poderes. Sabía que el dios se había visto superado, y que su instinto de dios cuidador lo había llevado a tomar medidas desesperadas en pos de la protección de la hehu, pero no había tenido en cuenta al resto de personas involucradas.

Ante todo, y más importante para él, Nailah. Tenía la seguridad de que la pequeña ur-mau y su purificadora poseían sus propios trucos. Nailah no. Ella debía estar incluso más aterrorizada que él, profundamente sobrecogida, tanto que…

Una nueva ola cayó sobre él, como una mano gigante empujándolo hacia la oscuridad y la nada. Braceó con impotencia, incapaz de distinguir ya dónde estaba arriba y dónde estaba abajo. La corriente era tan poderosa que lo arrastraba sin remedio y lo hacía dar vueltas y vueltas, mareándolo, confundiéndolo… Su mente racional sabía que no podía morir ahogado, que hacía falta mucho más que un diluvio para matar al Príncipe de los Dioses, pero la sensación…

Algo le raspó el cuello. Pasados unos segundos, la sensación se repitió y, aquella vez, asieron el borde de su camisa y tiraron de ella. Notó el momento en que su cabeza rompió la superficie del agua, porque el viento y la lluvia les azotaron los oídos, y el sonido de truenos restallando en el aire se multiplicó por todas partes.

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